miércoles, 7 de enero de 2015

Santorini,Grecia.

Hola, hola~
Feliz año nuevo gente bonita (:!
Espero que este 2015 este lleno de felicidad, salud y que cumplan todos sus propósitos.
Hoy vengo a dejarles este corto relato, salió en la madrugada mientras veía mi tumblr y unos gif de este bello hombre me asaltaron. Espero les guste, tenía rato sin escribir algo tan cursi jeje 

Título: Santorini, Grecia
Tipo: Viñeta, romántico. 
No. palabras: 619
Personaje: Bang YongGuk (B.A.P.) 

Santorini, Grecia.

   No sabía cómo ni en qué momento exacto terminé aquí, en un avión rumbo a un lugar que no tenía ni idea. Solo sé que si él está a mi lado iré feliz y sin preocupaciones. Él tiene aquella sonrisa que me encanta sobre sus labios, aquella sonrisa que hace que incluso sus encías se visualicen.

  Suspiro mientras una pequeña risa se escapa. Voltea a verme y lleva nuestras manos entrelazadas hasta sus labios para depositar un cálido beso sobre ellas. Yo me sonrojo, a pesar de su imagen de gánster YongGuk es un chico realmente tierno, e incluso cursi.

   Si hace 5 años me hubiesen dicho que esto pasaría mi risa habría sido escuchada en todo mi país. Porque aún no creo la suerte de tenerlo a mi lado, aquel chico por el que tanto suspiré en mis tiempos de adolescente. Pero gracias al cielo, esta era mi realidad y la 
amaba.

  Guk no dijo nada, solo fue por mí a mi departamento a las 7 de la mañana y sin darme 
tiempo a nada me jaló hasta el aeropuerto. Al principio le miré horrorizada. ¿Qué tenía en la mente este loco chico? Pero sus palabras me tranquilizaron y me infundieron la suficiente valentía para abordar junto a él.

Confía todo en mí.

  Y de esa manera ahora me encuentro en otro país. Con otro idioma y otra cultura e incluso otro clima. Él me abraza y la sonrisa sigue sin desaparecer a pesar de todas aquellas horas que pasamos en el avión. Corre llevándome a mí de paso, comienza a hablar con el que supongo que es el encargado de llevarnos al lugar al que tanto quiere ir.

  Después de unas cuantas frases intercambiadas subimos al auto. Fueron otras horas de viaje y por no decir cambios de transporte. Yo estaba completamente dormida sobre su hombro cuando al fin llegamos.

-Amor, ya llegamos.

  Abrí mis ojos aun cansada, no recordaba que así se sintiera viajar  de un país a otro. Bostecé mientras giraba mi rostro al paisaje.

  Frente a mí se encontraba una playa, una hermosa playa con el agua tan azul que tuve el impulso de meterme sin pensarlo. Pero su voz me hizo detenerme.

-¿Te gusta?

  Volteé a verlo y simplemente me le eché encima mientras besaba sus labios. Rodeé su cintura con mis piernas mientras él me sostenía. Un beso corto pero que aun así demostraba mi felicidad.

-Es demasiado hermoso, Gukkie. –Le dije aun abrazada a él.

-Me alegro hermosa. Me alegro que te haya gustado.

  YongGuk caminó aun conmigo sobre sus brazos para después depositarme dentro del agua. Mis pies automáticamente sintieron aquel líquido refrescante. A pesar de haber conocido el mar desde mi nacimiento,  aquel lugar se sentía tan diferente, como si fuera otro nivel. Pero algo no podía entender, algo tenía que haber detrás de todo aquello. Una sola razón para haber tenido que viajar tantas horas y tantos kilómetros fuera de casa. 

-¿Por qué estamos acá? –Pregunté curiosa.

    Bang pasó su lengua por su labio inferior para después sonreír levemente. Se acercó hasta quedar con nuestras frentes juntas y las manos entrelazadas.

-Victoria. –Susurró.

  Le miré sin entender del todo. ¿A qué se refería?

-Te amo, y esto solo quiere decir algo. Al fin encontré a esa persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.

  Decir que estaba aún más sorprendida y conmovida que hace unos minutos era quedarme corto. Terminé con nuestra distancia y lo besé.
Lo besé como nunca.

  Bang YongGuk era el ser más loco y romántico del planeta mientras que yo no podía evitar seguirle la corriente. Y Santorini, Grecia fue el lugar donde Bang YongGuk y yo nos juramos amor eterno…




domingo, 26 de octubre de 2014

TAEMIN 태민_괴도 (Danger)_Music Video


Y la publicación de este mes :3 un vídeo de uno de mis brillositos favoritos, el lindo y crecido macknae de SHINee... Uno tiene que apoyarlo para que entre a la dominación de youtube y que se vea y se premie su trabajo (: Lee TaeMin

domingo, 21 de septiembre de 2014

No siempre hay un mañana.

 Dejé pasar un mes, ugh. Siempre pasa eso, las distracciones pueden más que mi desahogo. 
  En estos momentos, la garganta me está matando. Y me está dando vueltas muchas cosas que anoche no me dejaron dormir como debería, aunque me desahogué un rato con mi neechan e incluso jugué Street fighter no es suficiente. No sé cómo sentirme al respecto con algunas cosas... bueno ahora lo sé.Tan solo unos minutos que dejé para escribir y contestar me di cuenta de algo. No vale la pena que me esté comiendo la cabeza, ahora sé que el que ya no me sienta tan culpable es lo mejor de todo. Fin, lo dije me puedo encargar de no volver a aparecer en frente, a no recordar y decir  adiós. Bueno creo que es más claro ahora... Ya dirá el tiempo lo que pasará :3
Mientras tanto, subo este pequeño relato. Una idea que me cruzaba cada que caminaba por las calles en la noche después de un entrenamiento, una idea que necesitaba sacarla en forma de escrito para sacarla de mi cabeza y pues este es el resultado. Corto. Pero al final de cuentas una idea plasmada en palabras.  

No siempre hay un mañana.

  Todo era risa y diversión, la noche había caído sobre aquel pequeño grupo de amigos. Y era hora de dispersarse para ir a casa. Poco a poco fueron despidiéndose, había sido un día grandioso. Nada podía ir mal claro estaba. Eso era lo que creía.

  Y con una sonrisa se despidió de aquel último par que permanecía allí. Se hizo la valiente al declinar la oferta de ser acompañada. Total había caminado por aquellas calles tantas veces ya que el miedo se había desvanecido tiempo atrás.

  Dio un paso hacia su destino y sintió aquella necesidad de dar vuelta y despedirse con un abrazo de sus amigos. Pero no lo hizo, total el día siguiente los vería… ¿Cierto?

  Ya llevaba una cuadra caminada, faltaba cada vez menos para llegar a aquella parada donde tomaría el bus. Una canción le rondaba en la cabeza, era su canción favorita. Desvió unos segundos la atención del camino para sacar los audífonos y escucharla, pero alguien le jaló. Adentrándola en un lugar tan poco iluminado.

  El miedo le invadió, sus ojos se abrieron por completo y su cuerpo se paralizó. Esa persona le dijo algo, pero estaba tan en blanco que no podía comprenderle.

 -Dame lo que traigas. –Repitió nuevamente aquel extraño.

  Ella negó, no traía realmente nada de valor. Realmente solo tenía para el pasaje e incluso su celular estaba tan gastado que no valía ni la pena. Metió las manos en sus bolsillos, tratando de hacerle ver que era inútil tratar de sacarle algo de valor. Pero él no desistió, pensando que algo tendría.

  Y un movimiento más, sintió aquel frío metal cerca de su cuerpo, una pequeña pero mortal arma blanca. Pasó saliva, el temblor en su cuerpo no se iba. Quiso llorar, pero simplemente no podía. Le imploró que le dejase, que realmente no tenía nada. Le dio el dinero, el celular, todo lo que podría considerarse de valor.

  Pero, con un demonio él seguía insistiendo. Quiso arrebatarle el pequeño bolso que tenía, pero como un flash recordó aquel pequeño objeto que estaba dentro de él. Una cosa sin valor para cualquiera pero que para ella significaba todo, un pequeñísimo colgante. Un regalo de hacia tanto tiempo atrás que se rehusó en dárselo. Entre tanto forcejeo, el tipejo se desesperó y sin pensarlo más encajó la navaja en el vientre ajeno.

  Ella sintió el metal abriéndose paso en su estómago una y otra y otra vez.

  Él huyó al darse cuenta de lo que había hecho, dejándola allí. Sola, en el suelo mientras trataba de parar el sangrado. Se sentía desesperada, las lágrimas comenzaron a salir. Palpó sus bolsillos en busca del móvil pero con temor recordó el momento en que lo cedió.

  Era tan estúpida, ¿Cómo había podido haberse puesto en aquella situación solo por aquel maldito colgante?

  Sonrió, metió la mano en la bolsa y lo sacó. Tan pequeño, pero tan importante. La vida se le iba mientras se dejaba caer a través de aquella fría pared hasta quedar sentada.

  No había nadie cerca, todo parecía tan oscuro, tan lejano. Tosió un poco y sonrió burlona al ver sangre en su mano. Al parecer era su hora. Ni siquiera tuvo tiempo para gritar, su voz se había ido. Cerró los ojos, recordando cada uno de los rostros que había visto solo unos minutos atrás. Todos aquellos chicos que consideró como sus hermanos, todos aquellos con los que vivió durante tanto tiempo. Y entonces se arrepintió de no haberse regresado para darles un último abrazo, de no haberles dicho lo importante que eran…

  Pero, ¿quién iba a pensar que todo sería así de rápido? ¿Qué ya no habría una segunda vez? ¿Qué el día de mañana ya no existiría para ella? Aquella fiesta sorpresa definitivamente quedaría arruinada por su culpa.

  Miró el cielo estrellado, sintió como su respiración se hacía cada vez más lenta, como el cansancio se apoderaba lentamente de su cuerpo. Un último suspiro y sus ojos se cerraron mientras la vida se le escapaba de entre los dedos…  


martes, 15 de julio de 2014

I Need You

Hola, hola~ 
Siguiendo las noches de insomnio, decidí subir este relato breve :3 
Aunque a decir verdad, ya tiene más de un año escrito. Solo esperé a que mi amiga Dracielle terminará con las imágenes.
Espero les guste :3 
¿Ahora sobre mí? Bueno no hay mucho que decir, solo que estoy en un debate mental. ¿Hacerlo o no? ¿Dejarlo ir o no? Cambiaría gran parte de mi vida, pero a veces siento que es necesario romper los lazos que te atan a personas que por más que las quieras terminan haciéndote daño sin pensarlo, ¿y por qué no? Uno también las daña sin quererlo... Solo unos días más quizás, solo unos meses, un año... ¿Otra oportunidad? ¿Un hasta luego o un adiós para siempre? ¿El destino nos juntará o simplemente es hora de que los caminos se separen para siempre? 
Bueno el tiempo lo dirá. Solo espero elegir lo correcto...




 I Need You.


  Abrió los ojos ante el ruido insistente del aparato que se localizaba a su lado. Con un poco de enojo, debido a que aquel ruido infernal había interrumpido su hermoso sueño, contestó dispuesto a maldecir a la persona que osaba interrumpir su descanso nocturno a las 2:35 de la madrugada. Estuvo a punto de comenzar a gritar pero los sollozos que se escuchaban al otro lado de la línea le callaron antes de empezar siquiera.

-Te necesito.-A penas un suave susurro de aquella hermosa voz, sintió como su corazón se partía en mil pedazos dejando un doloroso rastro en su pecho.

  Ni siquiera contestó. Salió de su cama de un solo salto y, colocándose los primeros zapatos que encontró, corrió hacia aquella casa en la que lo esperaban. Al llegar no necesitó tocar la puerta, por su mente no pasó ni la idea. En cambio, se dirigió al patio trasero donde se encontró con aquel frondoso árbol el cual se dispuso a trepar. Cayó rápidamente hasta su destino. Acostumbrado entró por aquella ventana ya abierta, de la cual salía el ruido casi inaudible del llanto.

  Su respiración estaba agitada por aquella carrera de hacia unos minutos. Pero esta paró cuando vio aquella figura sobre la cama. En la esquina, con sus rodillas recogidas mientras sus brazos las rodeaban y su cara escondida entre estos mientras los mechones de cabello caían deliberadamente.

  Quizás no era la primera vez que le veía de aquella manera, pero el solo hecho de pensar en aquella posibilidad le hervía la sangre. Se acercó con cautela, ya que su respiración volvió a su normalidad, a aquella pequeña figura lamentable sentándose al fin a su lado. Ella alzó la cabeza para verle, una triste sonrisa surcó sus labios rosáceos. Le lastimaba de sobremanera verle así pero aquel brillo en sus ojos sanaba un poco la herida que permanecía en su corazón cada vez que le miraba así. Ella sabía y confiaba en que siempre estaría cuando le necesitara, estando de esa manera en lo correcto. Él estaría siempre allí, a su lado.

  Pasó su brazo alrededor de sus hombros, atrayéndola hacia su cuerpo. No eran necesarias las palabras, solo estar de aquella manera les reconfortaba a ambos. Ella se sintió mejor al recibir aquel abrazo y al fin de sus labios salieron palabras.

-Es un idiota. -Musitó ya sin lágrimas que recorriesen su rostro, pero aún así se podía notar que había estado llorando por un largo rato.

-Mañana me las pagará. –La misma promesa de siempre…

  Se separó de su cuerpo sonriendo. Y con sus ojos le agradeció, dejando para él y solo para él aquel inaudible gracias proveniente desde el fondo de su corazón destrozado. Como le encantaba observar aquella sonrisa sobre sus labios, aquella que él solo podía conocer. Un pequeño instinto hizo que se acercara un poco más a sus labios pero fue cuando lo recordó. Rodeó su cuerpo nuevamente. Era lo único que podía hacer… Él solo era su amigo.    



Créditos imágenes Dracielle, es un amor (:

viernes, 23 de mayo de 2014

Cartas...

Tururur... según yo ya había subido del mes de mayo pero parece que no :3
Con tanto alboroto pues ni tiempo para esto. 
Mi hermoso y cachetón hermano ganó plata en un nacional de matemáticas y pues uno orgulloso y dándole vuelta a presumirlo por todos lados (8 jejeje y aquí no me podía faltar xD
Pero bueno aquí les dejo el escrito del mes :3 tururururu no tengo ganas de escribir mucho de mi vida así que ñe...

Título: Cartas
Género: Drama, angustia.
Tipo: Oneshot
No. de palabras: 2.017

 Cartas.

  Es la 1 de la madrugada, la única luz que me da visión de mi alrededor es mi computadora. Mantengo la música a un volumen que mis oídos acepten pero que a la vez me saquen de la realidad. No puedo dormir y mi mente no me ayuda. Tengo demasiadas ideas en la cabeza.
Sostengo una pluma y una hoja de papel. Intento plasmar las ideas en esta, porque simplemente deseo contestar. Después de un mes he decidido hacerlo, quito los audífonos de mis oídos y me siento frente a la mesa. No hay nadie que me pueda interrumpir, en la casa no hay ninguna otra alma más que la mía.

  Coloco la punta de la pluma en la hoja, dispuesta a escribir. Pero las palabras que llenaban mi mente tan solo unos segundos atrás me abandonan. Maldigo por lo bajo, saco del cajón un sobre y deslizo la hoja que está perfectamente doblada.

  Leo por lo bajo, mi cara no tiene ninguna expresión a simple vista cuando me dispongo a leerla. Pero si alguien me conociera reconocería aquel pequeño tic sobre mi ceja izquierda o incluso el movimiento rápido de mis pupilas. 

“¿Hola?

  Sé que debes estar preguntándote la razón de esta carta. Debes estar odiándome en estos momentos, lo sé pero por lo menos lee hasta el final.

   Lamento mucho, en serio mucho, lo que te hice. Sé que el haberme largado de aquella forma no fue la mejor manera de solucionar todo esto. Pero vamos, tú y yo sabíamos que esto iba a empeorar. ¿Mis padres te han buscado? Espero que no, creo que con esto que hice lo dejaron de hacer.

  Perdón por largarme al otro lado del mundo, créeme solo será un tiempo. Pienso regresar por ti…”

  La sonrisa que está sobre mis labios es sarcástica. Volver por mí, si claro cómo no. Esta carta tiene más de dos años escrita al igual que todas las hojas en aquel cajón, y hasta hace un mes me decidí por leerlas. Estaba tan dolida ante su marcha que quería eliminar todo rastro de él, pero vaya voluntad la mía que de estos pequeños papeles no pude deshacerme a pesar de no haberlos leído.

  No había lágrimas cuando las releías, solo sonrisas tan fingidas que cualquiera se daría cuenta. Me muerdo el labio inferior mientras mi vista está fija en un punto inexacto. Muevo la pluma entre mis dedos y las palabras escritas vuelven a mi memoria.

  “…¿No me contestarás? Bueno creo que me lo merezco.

  Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos ¿cierto? ¿Me extrañas? Yo lo hago, de una forma casi enfermiza. Podría jurar que te vi en la tienda que esta frente al lugar donde me quedo la semana pasada. ¡Dios! Solo él sabe cuánto te extraño realmente.

  Te extraño tanto que a veces quisiera mandar todo al demonio e ir por ti en cualquier momento… Pero sé que si lo hago todo esto no habría funcionado y nuestro sufrimiento sería en vano...”

  Hablaba de manera en que me sonaba a manada. ¿Él sufriendo? ¡Por supuesto y yo todavía me chupo el dedo! ¿Qué si lo extraño? Cada segundo de mi vida, por desgracia a pesar del odio que pude llegar a sentir por él cuando supe de su huida mi cariño es tan fuerte que no pude hacerlo realmente, no puedo odiarlo a pesar de todo.

  “…Cariño mis padres me han localizado, siguen insistiendo. Sé que en este punto ya no debe de importarte lo que pase conmigo pero tengo la necesidad de escribirte y ponerte al tanto. Debería guardármelo para mí ¿cierto? Pero sabes que no soy tan fuerte para ello, siempre fuiste mi confidente. Siento poner esto sobre tus hombros de nuevo.

  No sé qué hacer, me han amenazado contigo… He tenido que mentir. Les he dicho que te odio, que jugué contigo pero te puedo decir con el corazón en mano que todo lo que dije en ese momento fue una vil mentira, lo hice para protegerte al igual que todo lo que he hecho en este tiempo. Quizás traten de usarlo en mi contra por ello he querido decírtelo por este medio.

  Por eso desde el principio he utilizado el manuscrito como medio de comunicación. De esta manera ellos no se enterarán, si supieras el montón de malabares que tengo que hacer día con día para enviar una carta.

  ¡Oh, lo siento! No quiero hacerte sentir mal, solo que bueno tú sabes como soy…”

  No, no sé cómo eres. Dejé de saberlo en aquel momento.

  Quité la vista del punto inexistente sobre mi pared. De nuevo tomé la pluma con fuerza, dispuesta esta vez a dejar fluir mi pensar. Pero las palabras que se apoderaron de mi mente hicieron que me tambaleara.

  “…He tenido que huir nuevamente, pero esta vez puedo asegurarte que todo está mejorando. Renuncié a todo lo que mi apellido puede ofrecerme. Ante la ley, a los que alguna vez llamé padres ya no lo son más para mí. Ahora podré volver a ti. Pero, ¿aún quieres que lo haga? Deseo con todo mi corazón que sea de aquella manera…”

  Y todo por mí, no me mintió en ningún momento. Había renunciado a todo, a causa de mí. ¿Y yo? Bueno, a pesar de ser una cobarde y no haber podido leer aquellas cartas antes también era una egoísta porque quería que aún siguiera esperando mi respuesta. ¿Podrá llegarle? ¿Aún seguirá esperando?

  Las palabras fluyeron tan rápido esta vez, después de todo la tercera es la vencida. Dejé salir cada sentimiento en forma de letras. Le hice saber que estaba arrepentida por haberle hecho esperar. Que me arrepentía de todo, de no haber podido responder antes. De cada pensamiento negativo dirigido hacia él e incluso le hice saber que si aún sentía algo por mí yo también estaba más que dispuesta a dejar todo.

  Guardé cuidadosamente aquel papel en un sobre en blanco y a continuación escribí la dirección que estaba en aquellas últimas cartas. Me recosté en la cama esperando paciente el amanecer para al fin poder llevar aquello al final y aunque no pude pegar ojo en toda la noche salí de casa con una sonrisa.

  Me dirigí directo a dejar la carta. Y en el local una señora me miró con amabilidad mientras la depositaba. Como si supiera lo que aquello significaba. Caminé de nuevo a mi casa ahora con un nerviosismo instalado en cada parte de mi cuerpo ante la inminente espera.

  Los días pasaron, todos los días revisaba mi correo y nada. Habían pasado ya casi tres semanas desde que la envíe. Mis esperanzas disminuían con el pasar del tiempo. Quizás estuvo mal el haberlo hecho, quizás abrí viejas heridas en él, tal vez por eso dejó de escribir. Quizás quería olvidarme y yo le había hecho recordar. Me sentí tan mal que tuve que sentarme en la primera silla que vi.

  Mi corazón latía con tal furia que tuve miedo que me abandonara. Mi respiración vaciló. Y mis sentidos fallaron.

  Escuché el timbre de la casa. Inhalé y exhalé tan profundo como pude intentando recuperarme. Miré la puerta y como por aquella pequeña rendija se deslizaba una carta. Me paralicé por unos segundos pero inmediatamente corrí hacia ella.

  ¡Era su dirección! La abrí tan rápido como pude pero mis sentidos se pararon de nueva cuenta. Aquella carta no estaba escrita con su letra, ¡ni siquiera estaba hecha a mano! El miedo me invadió. Volví a revisar el  remitente, no había ningún error.

  “He esperado tu respuesta durante todo este tiempo, me alegro de sobremanera el que al fin hayas respondido aquella serie de cartas que se mandó hace algún tiempo.

  Quizás te tardaste un poco debo admitirlo, pero en serio estoy profundamente agradecido el que lo hayas hecho.

  Pero, dios no sé cómo decirlo. Creo que te diste cuenta en el momento en que abriste el sobre que algo andaba mal. Si, algo anda realmente mal. El tiempo que esperaste fue lo que lo empeoró.

  No, no quiero hacerte sentir mal. Quizás el destino lo quiso de aquella manera. Quizás todo esto fue en vano.

  Bueno, es mejor que lo diga o más bien escriba. Debes estar cansada de leer que le doy demasiadas vueltas a esto, pero es difícil dar esta noticia.

  No soy Josh, como te has imaginado desde el principio. Soy un amigo de él. Él no  pudo escribirte…y tampoco leerte. Pero puedo asegurarte que estaría muy feliz de haberlo podido hacer…”

  Mi corazón se paró y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos,  tiré aquella carta mientras mi cuerpo resbalaba a través de la pared hasta el suelo. No, no, no. Eso no era posible. ¡No! ¡Él no! Fui una cobarde, una tonta, una idiota. ¿Cómo pude esperar todo este tiempo? Si tan solo hubiese apoyado su idea, si tan solo hubiese creído en él desde el principio todo esto no estuviera pasando. Las palabras me estaban consumiendo, se apoderaron de mi mente. 
Aquella carta terminó de deshacer todo mi corazón. Mientras se reproducía una y otra vez en mi cabeza.

   “Él no envió más cartas por la simple razón de que decidió ir por ti. Ese mismo día en que envió la última, subió a un avión dispuesto a hacerlo, te rogaría si hubiese sido necesario, estaba dispuesto a todo con tal de recuperarte. Él te ama, puedo asegurártelo. Esté donde esté, él lo sigue haciendo…

  Por desgracia no pudo si quiera intentarlo. Él, él... murió. El avión nunca llegó a su destino. Lamento no haberte dicho antes, pero él pidió que no lo hiciera. Es como si hubiese presentido que moriría en aquel avión porque sus últimas palabras antes de partir fueron:

  Si llego a fallar en todo esto, por favor no le hagas saber de ello. A partir de este momento, todo contacto con ella ha muerto. Preferiría que piense que dejé de enviarle cartas porque me rendí a que sepa que fallé o morí en el intento.

  Pero no podía con esto, esperé a que algún día respondieras a todo aquello que envió. No quería arriesgarme a saber que tú le habías superado y si te enviaba alguna carta sobre su  muerte abriera heridas. Es por ello que esperé tu respuesta, y sabes, me alegro que lo hayas hecho porque al fin puedo decirte lo que vi en él durante todo el tiempo que estuve a su lado.

  Él te amaba, te amaba con todo su ser. Eras la razón de que respirara, eras su mundo, su todo. Quizás no pudo ser en esta vida pero yo sé que sus almas están entrelazadas y que en otra vida podrán estar juntos. Su amor es tan grande que podrá superar hasta la barrera de la muerte. Por ello te pido que vivas, no hagas ninguna locura por esta noticia. Lo que menos hubiese querido Josh es que lo siguieras, sé que él hubiese querido que fueras feliz que siguieras con tu vida porque de otra manera su sacrificio sería en vano.

  Me despido, lamento ser el portador de esta noticia. Pero de nuevo te agradezco que aún tengas a mi amigo en tu corazón, que después de todo, lo que hizo haya valido la pena. Sé feliz, sigue con tu vida…
Francis.”

  Y de aquella manera mi mundo se vino abajo, el tiempo no perdona a nadie. Ni siquiera a los amantes separados, las almas gemelas que por desgracia se encontraron en situaciones imposibles. Quizás Francis tenga razón, todo en esta vida tiene su razón. Quizás no era nuestro turno el estar juntos, por lo menos no en esta vida. Por ello sé que nuestras almas se volverán a juntar algún día, porque están tan entrelazadas que eso será posible.

  Una última lágrima más resbala por mi rostro mientras tomo la última carta escrita por Josh.
“Bueno, estoy tan loco que puedo asegurarte que iré por ti en estos momentos. Espero verte con una sonrisa en tus labios y que tengas muchos golpes que darme. Te amo, te amo tanto pequeña…
Con amor, tu Josh.”  


sábado, 5 de abril de 2014

El destino lo quiso así.

Hola~ 
Nuevo mes, nuevo día (:
Ayer estuve de sentimental mientras veía una parte del stream del concierto de Shinee T-T y luego de dejar de sufrir y reírme porque están bien idiotitas me puse a ver los vídeos que tengo en mi compu y pues se reprodujo Goodbye summer de F(x) y no pude evitar escribir. 
Extraño mi Word, está lleno de faltas yo lo sé >< 
Y aunque ayer llené mi face de estados sobre Shinee también acá D: sé que algún día los conoceré, yo lo sé. Todo en esta vida es posible y eso sé que se cumplirá :D 
Bueno sin nada más que decir aquí les dejo esta cosa rara que salió ayer  a las dos de la madrugada x.x


El destino lo quiso así. 

La etiqueta de amigo es algo que he llegado a odiar... 

  Quizá el destino nos puso en el mismo camino por algo, estaba escrito que nos encontraríamos en aquel lugar. En aquellas cuatro paredes que se volvieron como nuestro segundo hogar. Eramos compañeros de curso, estuvimos juntos desde pequeños. Pasamos por tantas cosas que tendría que pasar más de una hora para terminar de rememorar cada uno de los recuerdos gratos que vienen a mi memoria. 

  He escuchado aquellas palabras de tus labios. Y mi corazón se ha roto. Pero yo solo sonrío ante tu felicidad. ¿Esto fue lo que sentiste cuando yo te lo dije? Debió haber sido horrible. 

  -Me pidió salir. -Brincas de felicidad, al fin aquel chico te lo había pedido. 

  Tu alegría superaba el dolor que sentía en el pecho, yo sonreí para que no sospecharas. No podía reclamarte, no tenía un por qué solo eramos amigos. Me había dado cuenta tan tarde de estos sentimientos que me superaban, de este cálido latir cada que estábamos juntos y cada que pensaba en ti. Era horrible saber que estaba etiquetado en la categoría que era incluso casi imposible de salir. Eramos mejores amigos. 

  Amigos y nada más. 
  
  Te fuiste a tu cita, me pediste que te diera el punto bueno. Y así fue o bueno eso intentó ser porque en el momento en que te vi salir de tu cuarto mi mente quedó en blanco y solo sentí mi palpitar desenfrenado. La belleza es algo que siempre te ha caracterizado y en aquel hermoso atuendo esta resaltaba aún más. Te fuiste más que feliz y yo me quedé a esperarte allí, igual siempre nos la pasábamos juntos y el hecho de que me quedara en tu casa era más que normal aunque tú no estuvieras. 

  Me dejé caer sobre el sofá cuando saliste por la puerta y logré salir de mi estado de shock. Era algo tonto esperar a que te arrepintieras y volvieras a mí, dándome una oportunidad. Suspiré, eso no pasaría y no pasó. 

  Ahora estamos paseando en bici, estás más alegre de lo normal. Tu felicidad sobrepasa lo normal. Y yo me contagio de esta, aún estando tan triste ante tu evidente rechazo no puedo evitar disfrutar cada momento a tu lado. Si tan solo te dieras cuenta. 

  Vamos baby, esto es algo que he comenzado a odiar. Esta amistad esta queriendo acabar con mi cordura. 

-Te quiero tanto. -Dices y mi corazón se vuelve loco de esperanzas.

-Y yo a ti. -Lo digo de verdad, me rodeas con tus bracitos y yo te correspondo. 

  Pero hay algo más aquí. No logro comprender porqué. Entonces veo tu cuello cuando te separas de mí. Es un dije, la mitad de un corazón. Caigo de nuevo en la realidad. Vamos, solo soy tu amigo y me haces creer que puedo ser algo más.

  Corres a mí, te ha dejado esperando por aquel estúpido negocio. Te consuelo. Amenazo con partirle la cara pero tú me lo impides. Además te promete que será la última vez. 

  Vamos, tú sabes que no es cierto. 
  
  Estamos sobre una banca en el parque, yo estoy sobre tus piernas mientras acaricias mis cabellos. Son estos los momentos en que pienso que vivo en un sueño donde tu me correspondes. Me alejo de la realidad y me voy lejos.

  Son tantos momentos, tantos recuerdos que me es imposible no enamorarme aún más de ti con cada día que pasa. Mi cuerpo duele al tener este secreto solo para mí. 

  ¿Pero sabes que es lo peor? No puedo hacer nada, no puedo hacer que le dejes porque para mi desgracia él es mi amigo. Si, mi amigo. Es todo tan cruel, la realidad pareciera que es la típica película romántica donde el amigo se enamora y al final quedan juntos. ¡Ja! Debo dejar de ver tantas películas de Hollywood. 

  Entonces ocurre, él me llama. Me reúno con él una cálida mañana que para mí se convirtió en el peor día de mi vida. Me pide ayuda. Y no solo eso me pide mi aprobación a su relación. 
Quiere dar un paso más. Me ha pedido tu mano. 

-Vamos, tienes que ayudarme. -Quisiera negarme. -Eres nuestro amigo, yo sé que quieres vernos felices. 

-Sino supiera que la amas de tal manera, podría decirte que no. -Me sincero pero él se lo toma en broma. 

-No seas así, que no soy ningún patán y tú lo sabes. 

-¿No le cambiarás nunca? ¿La amarás sobre todo? 

  Me mira y se hecha a reír, le miro amenazante y él se limita a decir que te hará la mujer más feliz del mundo. Termino aceptando. Todo va de mal en peor para mí. Lo sé. 

  Estamos en mi departamento, me estás presumiendo de tu próxima cita, yo solo río cuando debo. Te estoy dando la espalda mientras hago la comida. Y como si fuera algo ajeno a mí lo digo sin más.

-Yo podría ser un novio mejor para ti. -Listo, mi mente no había sido tan rápida como mi boca y eso había salido sin siquiera razonar y ver las consecuencias, no volteo a verte. Debes estar enfadada. El silencio es horrible, sonrío triste, era la respuesta que me esperaba. -Debo cambiar de tema, ¿verdad?

  Después de no soportarlo, recuerdo el favor que le tengo que hacer a él. Me volteo a verte, sigues con una cara de sorpresa. Te levanto del sillón y tú sigues sin decirme nada. 

-Vamos. -Es lo que me limito a decir. 

  Sales primero, yo me regreso para poder ir por mi celular que estaba sobre la mesita. Lo encuentro rápido y lo agarro pero algo llama mi atención. Es aquel dije que te pertenece. Lo sostuve entre mis manos. Sabía lo que significaba pero eso no era correcto. 

  Caminamos hasta aquel restaurante donde sabría que te perdería. Caminamos a aquella mesa reservada, entonces observé tu sonrisa después de todo. Esa sonrisa que era única, esa que solo me dedicabas solo a mí. Sirvo vino en cada copa. 

-¿Eres feliz? -Te preguntó, tus ojos brillan. 

-Si. 

-Mereces serlo. -Me acerco y te coloco el collar con todo el dolor del mundo, aspiro tu aroma por última vez porque sé que a partir de este momento lo mejor será alejarme. 

  Te sonrió y tú solo me miras con la sorpresa palpable en tu rostro angelical. Él llega, le cedo el asiento mientras me agradece.

  Salgo de allí con el corazón roto. Vaya vida la mía. Era tan ridículo todo, que comencé a reírme de mí y de todo lo que sucedía. De lo irónica que era la vida. 

  Pienso en lo que haré de ahora en adelante. Camino sin un rumbo fijo bajo aquel cielo estrellado. No tiene caso mirar atrás, era hora de olvidar. 

  Pero, aquella esperanza vuelve. Siento aquellos bracitos rodearme. Ahora yo soy el sorprendido. 

-Solo soy feliz a tu lado. -Aquellas palabras hacen que cada pedazo de mi corazón vuelva a su lugar. 

  Me volteo a verte, tu carita con aquel puchero me mata. Me acerco a tus labios y deposito un beso. Un hermoso beso que esperé años para hacer realidad, besé aquellos labios que tanto me llamaban por fin. Y mi felicidad aumentó cuando fui correspondido. 

-Te amo. -Confesé al fin. 

-Eres un tontito. -Le miró sorprendido. -Yo siempre te he amado. 

-Entonces...

-Quería olvidarte. 

-¿Lo lograste? 

-¿Crees que si hubiese podido hacerlo estaría aquí? -Preguntó con burla, yo negué. -Jamás podré olvidarme de ti, eres mi alma gemela.

-El destino lo quiso así. 

-No, nosotros lo quisimos así...